Durante los días del 01 de febrero al 03 de febrero 2025, los referentes de las comunidades juveniles de INCORAMA, Toluca; M.A.R, León; JOMICLA y JJM, Torreón; HYADI, CDMX; Corazones en juventud, El Ciruelo, Oaxaca; JUCLA, Cd. Juárez; así como Filiación Cordimariana, Hijos del Inmaculado Corazón de María y Misioneras Cordimarianas, nos reunimos en Xochimilco, CDMX, para evaluar nuestros proyectos de PJV, formarnos en temas de liderazgo y PJV, y seguir los pasos del trabajo que la Familia Claretiana en el mundo y en América están dando en el tema de la PJV ahora en nuestra región.
En un primer momento, se nos fue impartido el taller de liderazgo, donde compartíamos en comunidad, el trabajo y la responsabilidad que tenemos con cada uno de nuestros jóvenes y la importancia que hay en el escuchar y acompañar a los chicos que se acercan a nosotros; hay que atrevernos a romper esquemas, ser la luz que el mundo necesita. Ciertamente trabajar con adolescentes y jóvenes es desafiante, cada día buscan, observan, tienen dudas, intentan encontrar el sentido de su propia vida, pero eso mismo lo hace apasionante, trabajar con ellos es trabajo en equipo, comunicación, compañía, escucha, luchar por los objetivos, fraternidad y alegría. Bien dice el Papa Francisco: «Hoy muchos nos dicen que somos el futuro de la iglesia, pero hoy nos toca ser el presente. Así que busquemos evangelizar, sin morir en el intento.»
Así pues, como jóvenes pertenecientes a la Familia Claretiana, nos debe ser de importancia, el compartir y vivir los carismas que acompañan a esta gran familia, por lo que el padre Miguel Ángel Portugal CMF, nos acompañó en este nuevo conocimiento de la espiritualidad claretiana, en rasgo Cristocéntrico, eucarístico, apostólico, mariano, profético, universal y comunitario; pues como jóvenes misioneros tenemos que ser, ante todo, personas de fe y entrega. Vivir desde la espiritualidad es la capacidad de proyectar un sentido de vida y aspirar a nuevos sueños.
«Nosotros seguiremos tus caminos, como nueva familia del Señor», esta frase del Himno a Claret resuena en mí, al tratar de explicar que es Claret Way, una red que busca vincular a todos los jóvenes del mundo, en experiencias carismáticas a niveles grandes, compartiendo una sola identidad: el ser misioneros; un solo caminar: llevar el Evangelio a los demás, haciendo posible de esta manera los cuatro puntos cardinales: CASA (Conocer, Amar, Servir y Alabar).
Con todo lo anterior, nos abrimos paso para compartir los nuevos proyectos y evaluar los antiguos, pues llegamos a la conclusión que hoy, no solo se trata de trabajar con jóvenes, allá afuera hay adolescentes que necesitan y buscan ser escuchados y acompañados. Por consecuencia compartimos en experiencias propias las semillas de vida que han surgido de manera personal, así como en cada una de nuestras comunidades, pues buscamos que, a través de estas experiencias y ejemplos, amen a Aquel que nos ha amado primero. Sin embargo, es verdad que como en todo, surja la cizaña, pero esta vez la hemos tomado como una oportunidad para dar construcción, sentido y fortaleza a nuestra comunidad, desde cada una de las realidades que vivimos como jóvenes. Es entonces que, desde nuestros testimonios, es hora de gritar al mundo, que Dios es amor.
Nuestro encuentro no solo estuvo lleno de estudio y evaluación, sino también de momentos que nos hicieron sentir en CASA. Platicar, conocernos, reír, bailar, compartir los alimentos y la vulnerabilidad de nuestras emociones, compartir la Eucaristía y la oración, fue lo que logró unirnos no solo como amigos, sino, también como familia.
Esperamos con alegría el próximo encuentro, asumiendo el compromiso que lo que hemos aprendido sea compartido a más adolescentes y jóvenes, y en ellos nazca el amor de evangelizar y servir a los demás; pues somos jóvenes soñadores como nuestro Padre Claret y hoy su sueño, ya no es sueño, es una alegre realidad.
