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Jóvenes caminando con María. Tercer día de Novenario en PCM

Foto del escritor: Juventudes y Vocaciones  Claretianos de MexicoJuventudes y Vocaciones Claretianos de Mexico

En la tarde del tercer día del Novenario en preparación a la fiesta del Corazón de María, la Parroquia del Purísimo Corazón de María se transformó en un escenario de fervor y esperanza juvenil. Este año, bajo la iniciativa del párroco, el P. Jerome CMF, se ha implementado una serie de procesiones diarias, cada una liderada por un grupo distinto de la comunidad parroquial. En esta jornada, fue el turno de los jóvenes del Movimiento Juvenil Cristiano (MJC), quienes asumieron la tarea con una devoción que iluminó las calles cercanas a la Parroquia.

El tema del día, «Invitados a la revolución de la ternura, a semejanza de Jesús», fue central en la predicación de esta jornada de la novena. El mensaje animaba a los jóvenes a contemplar la ternura como una fuerza transformadora en sus vidas cotidianas. Inspirados por estas palabras, los chicos del MJC llevaron la imagen de la Virgen María en procesión, rezando el rosario y meditando sobre cómo vivir esta revolución en cada acto diario.

A la hora señalada, los jóvenes tomaron sus posiciones alrededor del anda que portaba la imagen de la Virgen. El paso de la procesión, lento y solemne, invitaba a una introspección profunda. Las calles se llenaban de un manto de espiritualidad que resultaba sorprendente para algunos y conmovedor para otros. La presencia de María no pasó desapercibida; los vecinos, al escuchar los rezos y los cantos, se asomaban curiosos por las ventanas. Muchos se persignaban, otros observaban con interés. Se percibía que esta cercanía con la Virgen despertaba en la comunidad un sentido de pertenencia y un redescubrimiento de la fe en medio de la ciudad.

Incluso para los jóvenes del MJC, la experiencia fue un acto sin precedentes. «Es la primera vez que sentimos a María tan cerca», era el sentimiento predominante entre muchos chicos del Movimiento que no tienen una profunda impronta mariana, y se espera que este sea un primer paso para acercarlos a la ternura del corazón de una Madre que nunca abandona.

En el contexto de la reciente celebración del Día de las Vocaciones Claretianas, la reflexión sobre las vocaciones también tuvo un lugar especial en la meditación de los cinco misterios del rosario. Se oró por las cinco ramas de la familia claretiana presentes en México, recordando la diversidad y riqueza de la vocación dentro de la Iglesia.

La participación juvenil en el novenario ha tenido un impacto notable. Ver a nuestros jóvenes liderando con tanto amor y devoción es un testimonio vivo de la ternura de Dios en nuestras vidas. Ellos son el futuro de nuestra fe y están llamados a vivir esta revolución cada día.

Concluimos la procesión y el rezo del rosario en la cripta de la parroquia y, como de costumbre, celebramos la Eucaristía a las 19:00 hrs., cerrando así una tarde llena de espiritualidad y comunidad. La iniciativa del P. Jerome CMF no solo ha traído a María más cerca de los hogares, sino que también ha sembrado en los corazones de los jóvenes del MJC una semilla de ternura y fe que promete seguir floreciendo.

El impacto de esta experiencia en los jóvenes del MJC es un testimonio claro de que la pastoral juvenil puede lograr grandes cosas cuando se enfoca en la cercanía y la ternura. Estos jóvenes no solo llevaron a María en procesión, sino que también llevaron en sus corazones el mensaje de amor y compasión que ella representa. La ternura se convierte así en una fuerza revolucionaria, capaz de transformar sus vidas y, a través de ellos, la vida de toda la comunidad.

En la pastoral juvenil, es crucial recordar que cada gesto de cercanía, cada palabra de aliento y cada acto de ternura puede tener un impacto duradero en la vida de los jóvenes. Al estar con ellos, acompañarlos y mostrarles el rostro amoroso de Cristo, sembramos semillas de fe y esperanza que florecerán en frutos de servicio y dedicación.

Cada vez más constato que el tiempo que “perdemos” con los jóvenes es en realidad un tiempo ganado; cada minuto y cada conversación con ellos dejan una huella profunda, en ellos y en nosotros. Sin duda, este es el camino para la pastoral juvenil. No se trata de ver a los jóvenes como sujetos pasivos e inventar actividades para atraerlos, sino de acercarnos a ellos, estar presentes y, poco a poco, guiarlos a CASA: el lugar donde pueden Conocer, Amar, Servir y Alabar a Dios. Esta cercanía genuina y constante es lo que verdaderamente transforma sus vidas y fortalece nuestra comunidad de fe.



 
 
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